Chile Campeón de América: Si quiere emprender, aprenda estas 2 lecciones.

Campeones nuevamente y no es coincidencia. Lo sucedido con las selecciones de Chile y Argentina son dignas de analizar y […]

Campeones nuevamente y no es coincidencia. Lo sucedido con las selecciones de Chile y Argentina son dignas de analizar y de ser ocupados como ejemplo para la vida de un emprendedor ya que refleja íntegramente lo que sucede con quienes apuestan por hacer realidad un sueño.

A diferencia de Argentina, en Chile no contamos con una historia deportiva rica en copas y medallas por lo que cualquier acercamiento a instancias decisivas resultó ser ganancia neta de confianza y optimismo. En el caso de la selección trasandina la situación es claramente opuesta siendo una derrota en la final el sinónimo de un fracaso condenable tanto por el mismo equipo como por todo un país.

Lo anterior no es novedad pero hay que sacar la lección de principio psicológico que hace de las suyas oculto tras un resultado: el Compromiso y la Coherencia. El Dr. Robert Cialdini, en su maravilloso libro “Influencia: La Psicología de la Persuasión”, define este principio como la tendencia que tenemos por mostrar conductas coherentes con nuestros comportamientos anteriores. Es decir, seremos inconscientemente redundantes con lo que ya venimos haciendo. Muy bien tienen que haber sabido esto tanto Marcelo Bielsa como Jorge Sampaoli ya que todos los chilenos estaremos de acuerdo estamos cosechando los resultados de un cambio de mentalidad rotundo en donde, como decía un entrenador de los tiempos mozos de jugador de mi suegro, a Chile sólo le faltaba un logro futbolístico importante para destapar todo su potencial.

Bielsa introdujo el cambio de actitud en un equipo descubierto por José Sulantay. Contaba con la materia prima para un cambio que se hace pausadamente y con mucho trabajo y se apalancó con la reconocida habilidad motivacional de Sampaoli. Muy sabiamente Pizzi sólo tuvo que “hacer mantención” en un equipo que ya juega de memoria, maduro y con una mentalidad de triunfo coherente y consistente con años de trabajo.

En la otra vereda, el exitismo de los años dorados del fútbol argentino está produciendo el efecto contrario. El técnico de turno debe luchar contra 23 años sin conseguir un triunfo importante a nivel de selecciones y digo luchar no por la incapacidad técnica de los jugadores sino por la drástica y, quizás, destructiva crítica de la hinchada cuando los resultados no son los esperados. La presión sobre un ser humano, aunque sea un Messi, Di María o un Mascherano, es tan grande que en vez de favorecer un logro lo termina torpedeando. No hay nada peor para una persona que entrar enganchado con un objetivo más que con la actividad que se requiere para conseguir ese objetivo. En consecuencia, es la misma gente quien hace el trabajo “desmotivador” y convence inconscientemente a un equipo completo que no es capaz haciendo incluso renunciar por este mismo argumento a su máxima estrella.

Cuando alguien emprende un negocio debe tener claro el concepto de la coherencia y el compromiso. Los fracasos son parte del éxito y es el emprendedor el que debe tenerlo claro antes que cualquier otro miembro de su círculo cercano porque todos se comportarán como hincha de la albiceleste cuando las cosas no van bien y los Bielsas o Sampaolis son muy escasos como para buscar apoyo. Si un emprendedor fracasa y se rinde luego será coherente con eso ya que será resultado de haberle dado crédito a lo que los demás opinaron. Al revés, si el emprendedor tienen la actitud de un Sánchez, un Medel, un Vidal o cualquiera de esta generación dorada, sabrá que las críticas y descalificaciones son parte del folclore y que levantarse, sacudirse e ir de nuevo a la pelea obedece sólo a una decisión propia que debe permanecer impoluta de perturbaciones. Siempre gana el que persiste. Esta ley es la primera lección que debes grabarte a sangre.

La segunda lección tiene relación con el trabajo en equipo. Anda un meme dando vueltas en el que dice “Brasil tiene a Neymar; Argentina tiene a Messi; Chile tiene un equipo”. Ya lo mencioné anteriormente, Chile ya posee un equipo que juega casi de memoria en donde grandes figuras del fútbol mundial se “putean” unos a otros cuando no están rindiendo para el juego colectivo. Pero pienso muy distinto respecto a la idea del conocido meme. Tanto Brasil como Argentina sí tienen un equipo a pesar de que cuentan con una estrella dorada dentro de sus integrantes y es ahí donde radica el problema: en los momentos claves toda la presión se enfoca como rayo láser en una sola persona lo que tiene dos efectos muy adversos. Por un lado se subestima la capacidad de los otros 10 jugadores y, por otra parte, se engancha con el resultado a un ser tan humano como tú o como yo predisponiéndolo a fallar.

En los equipos de trabajo se suele descansar en la actividad que hace sólo una persona por lo que la ausencia de ésta pesará dramáticamente y costará tan caro como perder una final ya que los recursos son más escasos que en una confederación de fútbol y las reacciones de la familia y los amigos ante el fracaso pesan mucho más que el dinero perdido. Ya sea la estrella el mismo emprendedor, un socio o un colaborador, a esa persona se le debe tener especial cuidado pero nunca permitir que el cumplimiento del objetivo quede sólo en sus manos. Todos deben trabajar por parejo y aprender unos de otros para compensar la ausencia de cualquier ausencia en el equipo. Hasta aquí no sabemos si Messi se va porque realmente siente que él falló o bien no cuenta con un equipo aceitado como en el Barcelona de los años de Guardiola, entrenador capaz de dejar fuera a un Alexis Sánchez por lo no soltar la pelota o por no cuidarse como corresponde.

Ya sabes, primero convéncete que puedes y tállalo en piedra dentro de tu cabeza. Segundo, si tu emprendimiento no da para trabajarlo de manera individual y requieres de un equipo, no permitas que la carga de trabajo y la presión se la lleve sólo una persona porque se te puede ir tal como prometió el mejor 10 de la actualidad.

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