3 razones por las que la Educación Chilena vale más hongo de lo que pensabas

Leyendo esto te darás cuenta que el Gobierno en su intento por convencernos que la educación chilena será de calidad […]

Leyendo esto te darás cuenta que el Gobierno en su intento por convencernos que la educación chilena será de calidad con sus reformas ha dejado de lado aspectos que son más graves aún que las supuestas “mejoras” que se están haciendo.

Estamos todos de acuerdo que los profesores tienen un sueldo de mierda, que la jornada escolar es excesiva e infundadamente larga ya que los niños siguen llenado llenos de tareas a sus casas y que los colegios cobran como si fuese instituto profesional pero, aun así, en la lista de útiles escolares se debe incluir hasta el papel confort. Horrible.

Pero tres cosas mucho más graves y que, de no remediarse, condenarán a este país a una situación que tarde o temprano se transformará en insostenible:

1.- Nuestros hijos estudian para ser empleados: Ya de lleno en el siglo 21, en donde las oportunidades de emprendimiento son extremadamente abundantes y están al alcance de la mayoría de la población (según Subtel el 66% de los chilenos tiene una conexión permanente a la red), no existe en prácticamente ningún plan educacional un módulo en donde a los niños o adolescentes se les enseñe a buscar oportunidades y a ser duelos en vez de empleados. Seguimos bajo la triste premisa de que si no se es ingeniero, médico, abogado, contador, arquitecto o psicólogo la vida está perdida. Sabiendo que la deserción universitaria es superior a un 33% y que la principal causa de esto es por razones vocacionales y que la vocación se encuentra recién llegando a los 30 años de edad, el sistema insiste en programar la mentalidad de padres y alumnos para que entrenen en el negocio de la educación y, si abandona, se transformen en mano de obra barata.

Seguimos bajo la triste premisa de que si no se es ingeniero, médico, abogado, contador, arquitecto o psicólogo la vida está perdida.

2.- De Educación Financiera nada, nada, nada: En mis tiempos, a lo menos, nos enseñaban a llenar un cheque. Hoy, en cambio, nuestros niños sólo se quedan con la “educación” de los spots publicitarios de bancos y casas comerciales quienes se han encargado de instaurar en la mente del chileno que “si no te endeudas nunca tendrás nada”. Esto de cierto no tiene un pelo y debería ser enseñado en un aula de clases. Si no estudias técnico en administración de empresas o una ingeniería comercial difícilmente sabrán qué es un interés compuesto y cómo éste destruye el consumo futuro a cambio del bienestar de un momento. Al parecer, más de 4 millones de chilenos reincidentes luego del borrón de DICOM de años atrás no es suficiente señal para que se tomen medidas. Me dirán “es que la plata no alcanza para vivir. Hay que endeudarse”. Eso es cierto hoy pero si se les enseñara a los adolescentes cómo una tarjeta de crédito puede arruinar la vida si se le da un uso descontrolado y que pueden crear sus propios negocios de compra y venta en la web, sabrían qué es el orden financiero y cómo producir dinero desde sus hogares.

3.- Innovación ausente: Chile es el país con menor inversión en Investigación y Desarrollo de la OCDE, con un monto total que no alcanza a ser medio punto del PIB. Nada de raro que esto tampoco sea prioridad en el sistema educacional. Mientras los niños siguen siendo programados para seguir las reglas de otros se crean los famosos “Masters en Innovación” que no es más que un negocio para la entidad que imparte el postgrado. ¿Por qué no se hace en el colegio? Si hay tanto problema en el mundo por resolver, los cuales son la sustancia primordial para que nazcan ideas para una Startup, ¿es tan difícil crear una mentalidad de búsqueda de soluciones desde la educación básica y media? Muy personalmente opino que actualmente al menos un tercio de las horas de la “jornada completa” son más relleno y reforzamiento por lo que hay tiempo de sobra para que los chicos tengan espacio para desarrollar un pensamiento creativo que no sea estrictamente artístico sino también con visión de producto.

Chile es el país con menor inversión en Investigación y Desarrollo de la OCDE, con un monto total que no alcanza a ser medio punto del PIB.

Luego de esto es posible que alguien me diga que no es posible que eduquemos a nuestros hijos pensando en el dinero y que la plata no compra la felicidad. Lamentablemente, las deudas y la pobreza tampoco y la sensación de bienestar junto con la autoestima son mucho más grandes con los bolsillos llenos.

Así es que, señores políticos, no sólo se trata de Educación de Calidad sino también de no condenar a nuestras futuras generaciones a ser socios VIP de DICOM tal como hoy lo son casi un tercio de los chilenos. Cuando cambie ese indicador el modelo de educación habrá dejado de valer hongo.

 

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